Ella estaba atada a una sonrisa, pero se moría por dentro. Todos sabíamos que nada estaba bien. Iba por ahí pensando que no se iba a arreglar nunca pero eso no es verdad, porque yo la conozco. Se la impotencia que siente cuando le ve y no puede hacer nada, cuando quiere hablarle y no sabe como porque solo quiere quedar bien delante de él. Solo quiere que la quiera. El tiene el suficiente poder como para arruinarle un día, para alegrárselo, para hacérselo interminable o cortísimo… Para hacerla feliz.
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